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Texto de la nota:

A cuatrocientos años de la muerte de Shakespeare, la ciudad vive eventos que lo conmemoran. Este estreno es de gran interés por sus diversas  cualidades.

 

Una de las características del teatro shakesperiano es que sea profundamente popular, pero debido a la trascendencia que tuvo a lo largo de la historia, se lo sacralizó y fue perdiendo este sentido.

James Murray es un estudioso en la materia y, junto a la comediante Belén Caccia, investigó ahondando en su vasto conocimiento sobre el autor, su obra y fundamentalmente en el idioma, rescatando este sentido en esta traducción a un castellano rioplatense, preservando la rima tan característica, logrando una verdadera gema literaria. Hay una marcada intención de llevar los diálogos al tono popular, dándole el sentido original para el que fueron escritos.

Murray ha llevado adelante la dirección de este material con un gran equipo creativo, del cual es de destacar el aporte del vestuario, diseñado por Soledad Galarce, como así también la creación y dirección musical de Eduardo Argüelles.

Durante dos horas, se mantiene al espectador en una atrapante comedia de enredos, que muestra un puñado de amores entre desencontrados y no correspondidos.

Aconsejo ver esta obra por la virtud de un reencuentro verdadero con el género. La protagonizan Fito Yanelli en el doble rol de Oberón y Teseo, y María Rojí como  Titania e Hipólita.  En el elenco se destacan Julián Pucheta en el rol de Puck; Cala Zavaleta, Valentina Frione, Fernando Rodríguez Dabove y Francisco González Gil como las parejas desencontradas, y hay grandes actuaciones como las de Enrique Dumont y Pedro Di Salvia, por solo nombrar algunas. Es un acontecimiento imperdible.

 

Walter Bergonzi

Texto de la nota (fragmentos) :

 

LA NACION dijo:

            "Nuestra opinión: Muy buena."

 

(...) Puck media entre mundos, enreda y desenreda entre humanos y hadas, amantes y actores. Pucheta lo comprende y no sólo se luce en su papel, sino también aporta para el lucimiento ajeno desde la escucha atenta (...)

 

(...) En este año shakespeareano, ver Sueño de una noche de verano es permitirse entrar en una de las zonas de juego más salvajemente divertidas que tiene El Bardo. Esta puesta capta bien su espíritu. (...)

 

Gabriel Isod

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